Hoje e tal como ja vem sendo habito neste blog, o diario fica por conta de um dos viajantes. Desta vez a tarefa calhou ao Fernando Mendoza de Badajoz, que na sua lingua descreve os ultimos dois dias de viagem:



La mañana sigue como ayer. Frío, agua y niebla subiendo el puerto. Coronamos y la cosa cambia radicalmente. Sol radiante que no viene mal cuando uno quiere que se seque su ropa.



Además el asfalto está seco e invita a disfrutar de las curvas, de las incontables curvas enlazadas y bien peraltadas sobre un piso deslizante que forman la carretera que va de valle en valle, desde los 400 metros de altitud hasta cerca de los 3000.



Sube y baja, baja y sube, izquierda, derecha, derecha e izquierda... una montaña rusa natural que atraviesa la selva de los Lacandones, en el Estado de Chiapas, la que luego fue de Emiliano Zapata, los zapatistas, el EZLN y el Comandante Marcos.



Aquellos indígenas fueron los únicos capaces que resistieron a los invasores españoles años atrás por la espesura de la jungla, solamente capaz de ser atravesada por los ríos, como el Rio Grijalva, afluente del Usumacinta, que lo hizo en forma de cañón, el majestuoso Cañón del Sumidero.



Vimos cocodrilos, monos, garcillas, garzas grises de cuello largo y el carroñero llamado piloto.



Por la noche llegamos a San Cristobal de las Casas, y pernoctamos en la Hacienda Na Bolom.



La hacienda Na Bolom, invita a pasear por su patio y las numerosas estancias llenas de objetos, mapas y fotos que el matrimonio Frans Blom (arqueologo) y Gertrude Duby (fotógrafa) recopilaron durante años de estancia en la zona relativos a los mayas y los lacandones en particular. Dedicamos parte de la mañana a ello.



Con buen tiempo emprendemos la marcha hacia Palenque. De camino hacemos un alto en las Cascadas de Agua Azul y de Misol Ha.



En esta última nos damos un refrescante baño antes de descender hacia la ciudad de Palenque.